Del invierno a la primavera: ¿Por qué cambia nuestro estado de ánimo?

Cuando el invierno se despide y los días soleados comienzan a ser más frecuentes, muchas personas experimentan un gran alivio del malestar emocional que trajo consigo el otoño y el invierno. El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es una forma de depresión que aparece principalmente en invierno, manifestándose con síntomas como baja energía, mal humor, dificultades para dormir e incluso pensamientos de desesperanza. Sin embargo, suele desaparecer cuando aumentan la luz solar y la temperatura.
Este trastorno tiene una duración específica y afecta aproximadamente al 1% de la población mundial, siendo más común en quienes viven en latitudes cercanas a los polos y tienen antecedentes familiares de depresión.
Aunque el TAE puede presentarse en cualquier época del año, es poco frecuente durante la primavera y el verano. Sin embargo, es importante reconocer los síntomas más comunes según la cantidad de luz disponible.
Trastorno Afectivo Estacional en otoño e invierno
Los síntomas más frecuentes incluyen:
- Hipersomnia (exceso de sueño o somnolencia constante).
- Aumento del apetito, especialmente por carbohidratos y dulces.
- Fatiga y sensación de pesadez.
- Aumento de peso.
Trastorno Afectivo Estacional en primavera y verano
Aunque menos común, el TAE en esta época puede caracterizarse por:
- Insomnio y dificultad para conciliar el sueño.
- Pérdida de peso.
- Bajo apetito.
- Agitación y aumento de energía.
- Irritabilidad y ansiedad.
Estos síntomas están relacionados con los cambios en la exposición a la luz solar. Durante el otoño e invierno, la menor cantidad de luz reduce la producción de serotonina (neurotransmisor asociado al bienestar) y aumenta la melatonina, lo que genera somnolencia y altera el ciclo de sueño y vigilia.
Por el contrario, en primavera y verano, los días más largos activan el sistema serotoninérgico, lo que puede provocar ansiedad e insomnio en algunas personas.
Consejos para manejar el Trastorno Afectivo Estacional o la sensibilidad a los cambios de estación
Baños de sol o fototerapia
Aprovecha la luz natural tanto como sea posible: sal a caminar, siéntate cerca de ventanas o planea actividades productivas y recreativas por la mañana. El ejercicio también es una excelente herramienta para regular el estado de ánimo.
Tiempo social
La interacción con familiares, amigos y seres queridos tiene un impacto positivo en el bienestar emocional. Mantener el contacto con otras personas reduce el aislamiento y fortalece la sensación de seguridad emocional.
Activación conductual
Si te sientes desmotivado o con poca energía, incorpora a tu rutina semanal actividades que te generen placer o satisfacción, como pasear, ir al cine, socializar o retomar proyectos personales. Aumentar las experiencias agradables ayuda a disminuir la tristeza y la desesperanza.
Regulación del ciclo vigilia-sueño
La noche está hecha para dormir y el día para estar activo. Si tu reloj biológico está desajustado, es fundamental establecer horarios de sueño regulares para ayudar a tu organismo a adaptarse a un ritmo estable y minimizar los efectos negativos en la salud física y emocional.