Fecha
June 9, 2025
Categoría
Autoayuda y Consejos Prácticos
Tiempo de lectura
3 minutos
Autor
Erick Ocaña

Exámenes sin pánico: lo que la psicología dice sobre la ansiedad académica

Lo que la psicología nos dice sobre la ansiedad y los exámenes

Llega uno de los momentos más complicados y abrumadores para cualquier estudiante: los exámenes. Desde la primaria, donde los niños intentan contar cuántas patas tiene cada dibujo de animal, hasta la universidad, donde la pregunta más fácil parece ser escribir el nombre completo, mientras las demás generan dudas sobre si realmente se asistió a todas las clases del semestre.

Sin embargo, no todo es tan terrible como parece. El desafío de aprobar con una buena calificación ha llevado a muchos estudiantes a desarrollar estrategias creativas, e incluso cómicas, para sortear los métodos de evaluación más rígidos.

En el blog Genial Gurú, dedicado a la creatividad y la ciencia, se comparten algunas anécdotas de estudiantes que encontraron formas peculiares —aunque no siempre recomendables— de enfrentar sus exámenes:

Un estudiante, por ejemplo, decidió cantarle una canción en alemán a su profesora de idiomas en medio del examen, con tanta pasión que logró hacerla reír a carcajadas, tras declararse incapaz de responder correctamente a las preguntas.
En otra ocasión, un gemelo convenció a su hermano de presentar la prueba por él, hasta que el profesor, al notar inconsistencias, comenzó a hacer preguntas más difíciles y lo obligó a confesar la verdad. Para su fortuna, el docente se lo tomó con humor.
Otra alumna relata: “Era final de diciembre y me faltaba aprobar la materia del profesor más estricto del semestre. Me preparé toda la noche y, al día siguiente, entregué mi informe final junto con el de mis compañeros. De pronto, se escuchó un golpe fuerte en el escritorio. Nadie entendía qué pasaba, hasta que me di cuenta de que el profesor había aplastado una cucaracha… con mi trabajo”.

Estas historias, aunque anecdóticas, nos recuerdan que las capacidades de los estudiantes no se limitan a una calificación. Muchos profesores valoran habilidades como la creatividad, la resiliencia o la capacidad para resolver problemas en contextos reales, más allá de lo que aparece en una hoja de examen.

Ansiedad ante los exámenes

Es casi inevitable sentir cierto grado de ansiedad al presentar una evaluación. De hecho, una dosis moderada de estrés puede activar nuestros procesos cognitivos y mejorar el rendimiento. A este fenómeno se le conoce como eustrés, o estrés positivo.

¿Qué dice la psicología sobre la ansiedad ante los exámenes?

No obstante, cuando la ansiedad alcanza niveles que interfieren con nuestra capacidad de pensar con claridad, recuperar información de la memoria o confiar en lo que ya sabemos, hablamos de una ansiedad desproporcionada. En estos casos, el miedo al fracaso puede ser más paralizante que el examen mismo.

Perspectiva cognitivo-conductual

Desde el enfoque de la terapia cognitivo-conductual, este tipo de ansiedad se asocia con creencias irracionales o distorsionadas, que tienden al pensamiento catastrófico o dicotómico (todo o nada). Por ejemplo:

  • “No voy a superar esto sin consecuencias graves.”
  • “Si no obtengo una calificación excelente, es porque soy un fracaso.”
  • “Si no paso esta prueba, nunca podré enfrentar la vida adulta.”

Estas ideas son disfuncionales, ya que exageran las consecuencias de un posible resultado negativo y subestiman la capacidad personal de afrontamiento.

Sesgos cognitivos frecuentes durante un examen

Para reducir la ansiedad, es útil identificar sesgos cognitivos que pueden alimentar pensamientos irracionales. Aquí algunos ejemplos comunes:

  • Situación: Un compañero entrega su examen muy rápido.
    Distorsión: “Terminó antes porque está mejor preparado que yo.”
  • Situación: Una respuesta te parece demasiado fácil.
    Distorsión: “No puede ser correcta; el examen es difícil, todo debería costar trabajo.”
  • Situación: Considerar que una mala nota define tu valor como persona.
    Distorsión: “Si repruebo, es porque soy un fracasado.”
  • Situación: Pensar que solo una calificación perfecta es aceptable.
    Distorsión: “Sacar menos de 10 es inadmisible.”

Desafiar estos pensamientos y reemplazarlos por ideas más realistas es clave para mantener la calma y el enfoque. Al leerlos fuera del momento de estrés, pueden parecer exagerados, y eso es precisamente lo que hace la ansiedad: exagera los riesgos y minimiza nuestras habilidades.

Consejos para afrontar los exámenes con mayor calma

Aquí algunos hábitos respaldados por la psicología para reducir la ansiedad antes y durante un examen:

  • Duerme bien la noche anterior; el descanso favorece la memoria y la concentración.
  • Llega con tiempo suficiente para evitar contratiempos.
  • Conversar brevemente con compañeros puede ayudarte a sentirte acompañado.
  • Aplica técnicas de relajación como la respiración profunda y los estiramientos suaves.
  • Estudia con anticipación, usando métodos variados (resúmenes, mapas mentales, práctica activa).
  • Lee cuidadosamente las instrucciones del examen y pide aclaraciones si algo no se entiende.
  • Si te bloqueas, cierra los ojos unos segundos y enfócate en tu respiración.

Recuerda: eres mucho más que la suma de los puntos en una hoja. Los exámenes son solo una parte del proceso de aprendizaje, no una sentencia sobre tu valor personal.

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